Si bien, varias corporaciones han tomado el estatus de «compañías verdes» o «empresas autosuficientes», no se podría afirmar a ciencia cierta cuál es el grado de responsabilidad que manejan hacia el entorno y el medioambiente, porque lamentablemente la mayoría de las veces las buenas intenciones se limitan al discurso y no trascienden al plano pragmático.
El sistema económico del que formamos parte como individuos, y en el que inevitablemente fungimos como eslabón para que el proceso de crecimiento de las empresas funcione de la manera más óptima, ha logrado que nuestra percepción acerca del deterioro de nuestro entorno se nuble. Son pocos los grupos de personas bien conformados que mantienen una constante lucha para generar conciencia y tratar de crear planes de acción para cambiar los procesos y programas de las grandes corporaciones que dañan gravemente el medioambiente.
Es necesario que las compañías que generan daños directos e irreversibles al medioambiente comiencen a escuchar y atender las distintas recomendaciones por parte de organizaciones internacionales especialistas en la investigación y en la difusión de los efectos del cambio climático generado en su mayoría por las acciones de estas empresas.
Existen programas de sanciones impuestas a las grandes multinacionales que tienen procesos de producción agresivos para el medioambiente, sin embargo, es nuestra responsabilidad demandar que no sólo se paguen dichas sanciones, sino que exista una inversión considerable por parte de las empresas a fin de subsanar, mejorar y cuidar al entorno.
La acumulación excesiva de capital, la avaricia humana, la falta de ética y la indiferencia hacia la problemática medioambiental, son problemas sociales que se tienen que solucionar en conjunto.
Mejorar la visión empresarial para que parte de las utilidades se conviertan en inversión para la salvaguarda del medioambiente y generar un sentido de sustentabilidad más homogéneo y preciso, son metas que debemos perseguir, por que a final de cuentas somos agentes de cambio, y las empresas tienen que ser depositarias de ese cambio, asumir su responsabilidad y actuar en favor del desarrollo social y la convivencia sana.
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Si realmente piensas que el medioambiente es menos importante que la economía, intenta contener la respiración mientras cuentas tu dinero.
Chantal Chalita | Blogger Green Me by C.