A unos días que el país decida al máximo mandatario, no debemos olvidar que existen retos para la industria mexicana que deben abordarse desde la agenda pública para garantizar la continuidad del avance que ha tenido este sector en su aportación al bienestar nacional. Y es que no sólo se producen utilidades, también generan importantes fuentes de empleo, de sustentabilidad e influencia en las regiones.
En este tenor, tomamos tres retos para la agenda pública que serán definidos por cualquiera que tome la silla presidencial. Son aspectos que además de impactar al resto de la sociedad, son clave para fortalecer la competitividad de las industrias.
Combate a la corrupción.
Sin duda, algo que esperan los mexicanos es un líder que tome responsabilidad del poder y ejerza una administración ejemplo, sobre todo en materia de transparencia y combate a la corrupción. Un líder con cero tolerancia a la actividad que se estima afecta a todas las industrias y contribuye a la pérdida del 10% del Producto Interno Bruto (PIB).
Según encuestas, el 90% de los CEO considera que la corrupción y soborno son la principal amenaza para sus negocios. Las ventajas de lograr una economía libre de corrupción se verán reflejadas de manera tangible e intangible en una cultura de negocios que se traduce en beneficios tanto para el productor, el intermediario, así como el consumidor final.
Seguridad pública.
En sectores como el turismo, los bienes raíces y sobre todo, el comercio, la seguridad pública es un asunto preponderante en el desarrollo de sus negocios. Destinos turísticos como Acapulco y Cancún han visto deteriorado su apogeo como playas internacionales debido a la situación actual que involucra la inseguridad causada por la presencia de grupos delictivos.
Esto ha causado que gran parte de la inversión nacional sea dirigida a mercados extranjeros con mayor seguridad, tanto pública como del mercado. Además, la inversión internacional también deja de llegar al país por miedo a verse involucrados en una zona de guerra interna que detenga el valor de retorno de la inversión.
Incentivos y disminución de carga fiscal.
La presión fiscal por parte de autoridades federales ha sido un tema en la agenda pública desde hace varios sexenios. Sin embargo, aunque se han hecho avances al respecto, los empresarios continúan enfrentando barreras que les impiden crecer a un ritmo acelerado.
La principal premisa es que si se disminuyen los largos trámites burocráticos para establecer legalmente un negocio y también si se reduce la tasa impositiva a las empresas, la economía informal se verá disminuida en gran medida y emergerán muchas compañías que lograrán su consolidación y aportarán más a la sociedad por medio de empleos y contribución al Producto Interno Bruto (PIB).
Por su parte, el sector industrial debe comprometerse también a establecer estrategias de crecimiento basadas en la innovación y desarrollo de nuevos productos, mejoramiento de procesos y desempeño, e incremento de la calidad y satisfacción del cliente. Así, la competitividad permanecerá y con la implementación de tecnología como parte de la industria 4.0, México podrá continuar siendo una de las economías con mayor desarrollo del mundo.
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El combate a la corrupción, seguridad pública y disminución de la carga fiscal son motores para acelerar el desarrollo económico del país.